El déficit fiscal de Polonia bajó ocho décimas en 2017, hasta el 1,5 por ciento. En 2016, la diferencia entre ingresos y gastos gubernamentales era de un 2,3 por ciento sobre el PIB, según los datos difundidos por la Oficina Central de Estadísticas de Polonia (GUS) a partir de Eurostat. Es la cifra más baja desde que este indicador empezó a ser computado en 1995. Son datos preliminares, que aún pueden ser revisados. El superávit presupuestario de un gobierno es la diferencia entre gastos e ingresos, calculada con relación al Producto Interior Bruto total del país.
Además, la deuda pública también bajó en 2017 en comparación con el año anterior. Según los datos de Eurostat, el pasivo que debe la Administración Pública polaca supone el 50,6 por ciento del PIB, 3,6 puntos porcentuales menos que en 2016.
De esta forma, la macroeconomía vuelve a dar un espaldarazo al gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS). El desempleo sigue controlado por debajo del 7 por ciento (6,8 por ciento en febrero), mientras que el crecimiento económico anual despegó en 2017 al 4,3 por ciento. El Gobierno que ahora lidera Mateusz Morawiecki tiene en el incremento del gasto social su principal baza electoral, con subsidios familiares de unos 115 euros al mes por hijo. Y, pese a ello, consigue cumplir con los deberes fiscales que impone Bruselas.
Otras medidas económicas cuestionadas por la ortodoxia liberal han sido las mayores restricciones a las grandes plataformas comerciales, como la prohibición de abrir en domingos.
Posible mejora del rating crediticio
Los analistas citados por Business Recorder incluso avanzan que estos buenos resultados económicos y fiscales podrían suponer una mejora en la calificación crediticia de Polonia: “Una bajada de la deuda pública podría convertirse en un argumento fuerte que respalde una mejora del rating crediticio, si esta tendencia se prueba como estructural y no dependiente de factores cíclicos”, dijo un economista del Banco Zachodni WBK.